top of page

Viajar

  • Foto del escritor: María Claudia Dávila
    María Claudia Dávila
  • 2 ene 2018
  • 2 Min. de lectura

Este año aprendí a viajar.

Viajé todos los kilómetros que no había viajado en mi vida. Conocí personas increíbles que hoy puedo llamar "amigas" o hasta "hermanas", presencié lugares que me quitaron el aliento y viví momentos que parecían pertenecer a otra dimensión.

Aprendí que los viajes implican incomodidad: desafiar a la mente con lo qué cree que debe ser versus lo qué es, y cambiar hábitos y rutinas familiares por unos nuevos y muchas veces, difíciles.

Viví en varios hostales cargando una maleta que yo intentaba mantener lo más liviana posible, pero que al final yo misma me encargué de llenar. Me enfermé de tanto aire acondicionado y mi cuerpo jamás se había sentido tan extraño y desorientado con tantos cambios.

Aprendí a dormir en espacios minúsculos, a comer alimentos que no se parecían en nada a lo qué yo estaba acostumbrada, a usar letrinas y no orinarme encima, montar en moto y caerme y a no tener un peso e igual sobrevivir a punta de incomodidad y matemática, que por cierto, nunca ha sido mi fuerte.

Puse a prueba mi fortaleza. La tristeza, el sinsentido y la desilusión me consumieron. No sabía que el alma podía albergar tanto dolor. Pero aprendí el valor de mandar las cosas al carajo, llorar, aceptar mis errores y derrotas y aún así, mantenerme compasiva conmigo misma y los demás.

Hoy soy fiel a mi misma y mi corazón. No me da miedo empezar todo de cero, caerme y que me duela, sentir lo qué más rechazo, hacer retumbar mi voz, caminar sin rumbo fijo y creer en mi y los demás.

Solo puedo decir: GRACIAS. Gracias a la vida, mis papás y toda mi familia. Gracias a mis amigos y todas las personas que estuvieron ahí. Por creer en mi y sostenerme, por hacerme reír, bailar, llorar, entender, sentir.

¡Por un 2018 lleno de amor y aprendizajes! ¡Por todo lo qué fue y lo qué va a ser!


 
 
 

Comments


Entradas recientes
Archivo
bottom of page