Yoga no es sólo una POSTURA
- María Claudia Dávila
- 11 ago 2016
- 3 Min. de lectura
Aunque podría abordar este tema, desde lo teórico refiriéndome a yoga como una escuela filosófica de la India o como una práctica espiritual antiquísima, quisiera hablar desde mi experiencia.
¿Por qué?
Uno; porque no me considero una experta en historia y filosofía, aunque sí se algunas cosas, dos; porque siempre he pensado que contar una experiencia de vida es más valioso y puede llegar a resonar más con uno mismo.
Entonces, ahora sí, querido lector o lectora, interesado en yoga, sin más preámbulos, voy a contar cuál ha sido mi experiencia y porqué digo que yoga no es solo una postura. Creo que como yo, probablemente, muchas personas nos hemos maravillado, con el trabajo de un <asana> o postura, en sánscrito, de los yoguis experimentados. A mi me encanta y no lo puedo negar, cómo una postura bien lograda se ve. De hecho, me la paso viendo videos, sigo mil cuentas en Instagram y Pinterest de posturas, secuencias y practicas avanzadas.
Eso me ha hecho perseguir varias posturas sin tener en cuenta el daño que puedo hacerle a mi cuerpo. Podría decir, que es mentira que en yoga uno no se lesiona, uno se puede lesionar en cualquier parte o en cualquier practica. Creo que la clave de no lesionarse no reside en la practica sino en el practicante... Y sí como yo, eres de los que se obsesiona con una meta, creo que es probable que te lesiones con esa mentalidad. No digo que esté mal querer hacer una postura. De hecho, creo que es algo que inspira mucho y te puede impulsar a sobrepasar tus limites; tanto mentales como físicos. Lo que quiero decir es que en la OBSESIÓN reside el peligro. Cuando empecé a hacer yoga fue increíble; sentí muchísima paz, un sabor alegre en todo mi cuerpo y una sensación de que estaba dónde tenía que estar. Eso me llevo a practicar casi a diario, y a seguir maravillándome con la belleza de posturas que veía a mi al rededor. Recuerdo que veía la postura del cuervo, y me frustraba profundamente no poder hacerla
Pase mucho tiempo practicándola y la alegría que sentí al hacerla fue impresionante. Pero algo malo estaba pasando en mi cuerpo, mis muñecas me dolían y me salió un ganglión en la muñeca derecha, asunto que después investigando descubrí que se debía a que todo el peso del cuerpo lo estaba recargando sobre la muñeca y no en toda la mano, incluídos los dedos . ¿Qué aprendí de eso, después de una operación de la mano y de estar inmovilizada casi 3 meses? Que sí, una postura puede ser muy linda y puede producir mucha satisfacción lograrla, pero eso no garantiza que estés siendo responsable con tu cuerpo... Así tengo varias historias, de lesiones y de violencia contra mi misma.. Ahí va otra enseñanza que la mencioné antes pero no la expliqué muy bien... Tu puedes estar en un spa con velas e inciensos, en una playa paradisiaca o en un estudio de yoga, pero eso no garantiza que seas amable contigo mismo. La amabilidad con uno mismo debe nacer en la mente; cuando uno sabe que debe cuidarse y tratarse bien, uno no va a poner ni una postura ni una meta externa por encima de la integridad física, mental o emocional... Ese hasta ahora, ha sido uno de los descubrimientos más importantes en mi práctica; no importa la meta, importa el proceso, porque al fin y al cabo es lo único que existe.
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